Nuestra apreciación de la naturaleza del universo nace de nuestra capacidad de poner atención, observar y reflexionar sobre las cosas que contiene. Advertimos, por ejemplo, que todo está formado de la misma materia. Los animales comen plantas y se beben los ríos. Las plantas comen montañas. Al morir los animales contribuyen a la formación de otras montañas y otras plantas. Las montañas brotan de los planetas, que son acreciones de fragmentos yresiduos de estrellas muertas. Todo está formado de la misma materia, y cuanto más lejos llega nuestro examen menos probable parece que haya otra materia distinta en otra parte. Somos polvo galáctico y volveremos a ser polvo galáctico.
Peter W. Atkins. En La creación. Barcelona: Salvat. 1986: 7.
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