Ahora, cuando la virtualidad es del dominio de todos aquellos que quieran acceder a ella -sin apenas saber leer ni escribir- no es fácil tener claro cuáles son los límites de lo público y lo privado, hasta dónde deben llegar las reglas de cortesía en cada uno de estos dominios. En la vida cotidiana, fuera de la virtualidad, está claramente delimitado lo público de lo privado, la escuela, la iglesia y la familia se encargan de "educar" a los ciudadanos y cada persona sabe cuál es el trato y los temas pertinentes de acuerdo con el contexto en que se producen los discursos, el rango de quienes establecen el contacto, el nivel de confianza, el capital social, cultural y económico acumulado por cada uno de los participantes en el proceso comunicativo.
En las relaciones interpersonales virtuales no se echa de menos el cuerpo, tan importante en la vida real; en la vida real cada cuerpo es una evidencia que habla por sí misma, cuando las personas se reúnen en grupo se hace necesario hacer valer con mayor esmero las reglas de cortesía aprendidas a lo largo de la vida a través de la experiencia, el error y la enseñanza impartida por los aparatos ideológicos del Estado, estas instituciones se encargan de neutralizar todo lo que tenga que ver con el cuerpo como máquina procesadora de alimentos o como procesadora de nuevos seres, en pocas palabras, saber comer, saber contener los procesos químicos desencadenados por el cuerpo durante el procesamiento de los alimentos y evitar conversaciones relacionadas con la reproducción sexual se convierte, en la realidad real, en temas prohibidos para las personas bien educadas, las conversaciones en las que se tratan estos temas con descaro, a través de eufemismos y muecas, son dignas de personas sin educación y de baja condición social o de aquellas que se desfogan a través de la euforia producida por el alcohol o las drogas; en condiciones "normales" una persona "decente" no abordaría este tipo de temas y los chistes relacionados con estos asuntos no le producirían risa sino enojo.
Los temas prohibidos en la realidad real salen a flote en la virtualidad sin ningún tipo de límite, las personas más reprimidas, ignorantes y poco experimentadas sacan a flote, a través de la virtualidad, sus más "bajos instintos" , de esta manera, desplazan a aquellos que tienen la necesidad de abordar mucho más que temas relacionados con sexo, masturbación, homosexualidad o la simple necesidad de escribir palabras soeces con el pretexto de que hacerlo se constituye en algo divertido.
En chat que se respete el 95% de los usuarios están hambrientos de amor y de sexo, en pocas palabras, se sienten solos, el msn es una extensión del chat para personas que creen que son amigos y en las comunidades virtuales y comunidades de bloggers se reúnen aquellos seres convencidos de que tienen algo nuevo para anunciar o comunicarle al mundo, se supone que lo más selecto del cibermundo se congrega en las comunidades blogueras, sin embargo, en estos espacios las personas también agreden, insultan, se faltan al respeto, lo más seguro es que muchos de los agresores no se atreverían a expresarse como lo hacen si se encontraran frente a frente con la persona elegida para el linchamiento.
¿Quiénes son los linchados de las comunidades virtuales y en las comunidades de bloggers? Las personas que saben escribir con argumentos y no insultan con palabras soeces sino con ironía y juegos de palabras, lo más lamentable es que la mayoría de las personas que saben escribir terminan aburriéndose al ver cómo las comunidades de bloggers parecen condenadas al estancamiento debido a que el usuario ideal es cualquier cosa menos un buen escritor, en estos espacios se siguen enalteciendo valores como la sinceridad, la tolerancia, la belleza del alma, la cursilería y la falsedad, la frase fácil de construir, aquella que no implique ningún cuestionamiento.
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