jueves, 20 de abril de 2017

El feminismo de Javier Moreno

Javier Moreno (en Twitter @infrahumano) ha sido uno de los hombres más implacables conmigo de forma gratuita, ha usado los peores términos para referirse a mis cualidades físicas, psicológicas e intelectuales y ahora, cuando Carolina Sanín perdió la tutela en segunda instancia y parece haber quedado de forma definitiva sin derecho a seguir siendo profesora en la  Universidad de los Andes y probablemente en ninguna universidad colombiana, el ultramacho ha devenido en feminista y se ha solidarizado con las mujeres de forma majestuosa.
Lo más preocupante de estos arrebatos momentáneos de personas que parecen una cosa pero son otra completamente diferente es que muchas mujeres sometidas que posan de liberadas y autónomas celebran y aplauden las frases del Genio y a través de este gesto parecen convalidar su triste estado de sumisión. Están tan sometidas  las hermosas y frágiles damiselas que aplauden al tirano.
Estado de la situación: un grupo de mujeres tontas y dependientes de machos proveedores, concentradas en su valor como hembras, bien peinadas, maquilladas y de buenas maneras aplauden al ídolo disfrazado de la versión masculina de Virginia Woolf.
Para comenzar recordemos un insulto clásico del maestro del chiste en Twitter:
Rosa Elvira Cely fue violada, empalada y asesinada en Bogotá y el maestro del humor elegante quiso hacer un juego con mi nombre y de paso desearme un destino parecido. Mi nombre es Elsy Rosas Crespo.
Lo peor de todo es que estos “chistes” son celebrados y aplaudidos por mujeres que se llaman a sí mismas Feministas con F mayúscula.
Veamos el discurso feminista -muy propicio para el día de la mujer- sobre la injusticia que se cometió con Carolina Sanín. El propósito de Javier Moreno es quedar ante el público en general como un hombre justo, bueno, racional y amante de las mujeres aunque no sean sumisas.
Se trata de una cadena de tuits escritos en ese orden:
La universidad de Los Andes (en su afán de complacer clientes) terminó pegándole severa validada al matoneo machista contra Carolina Sanín.
Parte de la razón por la que eso pasó es esa tendencia de las universidades de tratar a sus estudiantes como niños caprichosos a complacer.
Eso viene, por supuesto, como ñapa del modelo de negocio que resuelven seguir: uno donde la educación es un producto que se adquiere.
En vez de hacer énfasis en el aprendizaje se promueve la adquisición de “títulos” como objetivo: meritocracia a la medida de los ricos.
Y ahí seguirán entregados al matoneo contra mujeres camuflados tras la excusa de un supuesto humor que la universidad se niega a confrontar.
Porque el cliente siempre tiene la razón. Y al cliente siempre hay que sonreírle, así diga las atrocidades más destempladas.
Y bueno, Sanín es un blanco fácil porque a la clase elegante educada (a la que pertenece) la ve como un animal rabioso, fuera de control.
¿La razón? Sanín salta varias de las cortesías imbéciles que esa clase se inventó para distinguirse (por diseño) de la plebe ignara.
Dice vainas que “no se pueden decir”. No se “comporta”. Decepciona como mujer: no se queda encerradita en la jaula que le corresponde.
“Es que es muy inapropiada”, dicen. Alguien de su clase y distinción no puede hablar/comportarse públicamente de ciertas formas.
Y de ahí saltan suavecito a un “bien merecido” que dicen en voz baja pero sin remordimiento alguno.
Lo que le cobran a Sanín es la “falta de modales”. Un hijueputa con modales nunca deja de ser alguien respetable. A veces incluso admirado.
Y bueno, con hombres la falta de modales se tolera ocasionalmente, cuando alcanzan cierta dignidad sacerdotal.
Porque de los hombres se espera cierta brutalidad verbal, claro. Para enfatizar la hombría.
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Ahí termina el discurso de hombre bueno y justo con las mujeres vulneradas y para rematar retuitea a dos mujeres sometidas conscientes de su minusvalía:
Hagamos algo, mujeres: numeremos las veces que en nuestra vida nos juzgaron por no cumplir con las expectativas de ser mujer. Las leo.
He recibido los mensajes más machistas por el Día de la Mujer. Agradezco el detalle pero no han entendido un culo. Agregó está payasada.
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Como se puede notar todo queda en la apariencia, en la superficie. Es casi seguro que el maestro @infrahumano fue uno de los centenares de internautas que matoneó sin ningún asomo de compasión a Carolina Sanín y ahora, cuando la ve perdida y burlada, vencida y humillada, se solidariza con ella.
Lo peor de este “feminismo” disfrazado, ejercido por los hombres más machistas  y celebrado por las mujeres más estúpidas, es que hombres y mujeres se abrazan unos a otros y se sienten moralmente superiores sin ver lo que se oculta detrás de esos discursos en los que se impone la apariencia; aquí la verdad y la justicia pierden todo el sentido. Lo importante no es ser sino parecer y recibir muchos favs y RTs

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