jueves, 20 de abril de 2017

Sola contra todos

Soy una guerrera invencible
Y nunca he tocado a nadie
Todas las guerras han sido verbales
Y todas las he ganado, claro.
Siempre hablo en tono suave porque el que grita pierde y el que escupe molesta a su interlocutor
Parece increíble pero la gran parte de mis cruentas batallas han sido contra cientos de imbéciles que atacan en manada y de forma sorpresiva, con trampas y mentiras que engañan al incauto, al bobo y al confiado.
Los he vencido siempre a todos moviendo los deditos sobre el teclado (risas grabadas).
La manada por manada no es fuerte porque la suma de imbéciles es una simple ilusión. La manada iracunda es suma de miedo concentrado y una simple mujer sentada en una silla, una señora que camina tranquila por ahí sin molestar a nadie y sin presumir de nada, puede inspirar más terror que un grupo de idiotas en una tertulia posando de intelectuales.
La primera batalla fue con padres y hermanos, quisieron imponer su autoridad y perdieron porque desde los 9 hago exactamente lo que me da la gana.
La segunda batalla fue con mis profesores y perdieron también puesto que yo escribo mejor que todos ellos juntos.
La tercera batalla fue con los vecinos, nunca los saludo porque no me da la gana.
La cuarta batalla fue con los colombianos, a pesar de sus amenazas de muerte, de ataque con ácido y de todas las bajezas que no quiero volver a enumerar aquí deben estar preparados para el ladrillazo que les va a caer en la cabeza hueca porque voy a escribir un libro portentoso divido en tres grandes partes:
  1. Censura en Colombia
  2. Las mujeres y el marketing
  3. Heteropatriarcado
En la tercera parte me ocuparé de este trío de payasos.
  1. Ricardo Silva Romero
  2. Andrés Hoyos
  3. Daniel Samper Ospina
¡Tiemblen!
yo

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