miércoles, 15 de julio de 2015

Los sueños y la muerte

El ser humano duerme entre cinco y nueve horas diarias a los largo de su vida y su vida termina cuando muere; al morir por vejez o enfermedad no se vive el sueño, el descanso eterno, la muerte es apenas el resultado de la programación del ADN y el ADN contiene el "destino" de cada ser vivo; cuando un ser vivo muere no queda nada de él, sólo un espacio para que el ADN de otro ser se fortalezca y le abra el espacio a otro ser en un juego sin sentido y sin conciencia que se repite de aquí a la eternidad. De dónde habrá sacado este mamífero superior la idea de llorar en los funerales, llevar flores a las tumbas de los muertos, recordar los momentos vividos con un accidente de la naturaleza, el simple resultado de diversas mutaciones logradas gracias al cruce del ADN de dos mamíferos superiores que hicieron una buena elección: "Si dos personas tuviesen realmente diseños esencialmente diferentes, sus descendientes heredarían una mezcla de fragmentos imposibles de casar, fragmentos derivados del programa genético particular de cada miembro de la pareja. Algo así como que quisiéramos ensamblar un automóvil tomando partes de un Mazda y un Chevrolet. (Vélez. 2007: 51).
El ser humano duerme porque es un mamífero superior, ¿por qué necesita dormir tantas horas?, ¿por qué sueña?, ¿por qué siente que se desprende de la realidad a través del sueño? ¿Por qué cree que algunos sueños son premonitorios?, ¿Por qué a veces despierta con la sensación de que ha soñado algo fundamental para su vida pero no lo recuerda? ¿por qué hay sueños que se repiten a lo largo de la vida? ¿Por qué hay sueños que se han soñado en diferentes épocas por personas diferentes a nivel social y cultural? La ciencia no tiene respuestas para estos interrogantes tan banales, la conclusión irrefutable a la que se llega últimamente está relacionada con la idea de que los sueños no significan nada, se les ha concedido una importancia que no merecen, el ser humano es un simple mamífero superior y duerme porque los perros y los gatos duermen. ¿los perros y los gatos sueñan? Eso no importa, los sueños de los perros y los gatos no le aportan nada a la ciencia, los sueños de los seres humanos han distraido a los científicos de temas serios e importantes.
El cuerpo de un muerto amado es algo sin trascedencia, un simple mandato de la naturaleza, "la naturaleza no es cruel sino indiferentemente despiadada, indiferente a todo sufrimiento, carente de sentido. Lo que se maximiza eficazmente en el mundo viviente es la superivivencia del ADN. La función de utilidad se convierte en el mayor bien para el mayor número.... El ADN no se preocupa ni sabe. El ADN es, sin más. Y nosotros bailamos al son de su música". (citado por Vélez. 2007: 43).
El ADN es sin más, los seres vivos bailan al son de su música. ¿de dónde surgen entonces los sentimientos, el placer de amar y el dolor de perder a los seres amados, el interés por el arte, el conocimiento y el misticismo? Si el ser humano es sólo un accidente de la naturaleza inconciente por qué hizo de este accidente un ser tan sensible ante el dolor y el amor, qué sentido tiene desperdiciar tanto tiempo con el placer y el sufrimento a lo largo de la vida si la vida florece sólo en función del fortalecimiento del ADN?
Bibliografía:
Vélez, Antonio. Homo Sapiens, Bogotá, Villegas Editores. 2007.

No hay comentarios:

Publicar un comentario