domingo, 19 de julio de 2015

El nirvana del pobre

La televisión es perfecta. Basta con girar los botones, arrellenarse en el sillón y vaciar la mente de todo pensamiento. Y ahí queda uno, contemplando las burbujas que se forman en el barro primigenio. No tiene que concentrarse. No tiene que reaccionar. No tiene que recordar. No se extraña el cerebro porque no se le necesita. El corazón y el hígado y los pulmones siguen funcionando normalmente. Aparte de eso, todo es paz y silencio. Es el nirvana del pobre. Y si aparece alguien de mente malvada y le dice que uno parece una mosca en un cubo de basura, no hay que prestarle atención.
El simple arte de escribir. Cartas y ensayos escogidos. Raymond Chandler. Barcelona: Emecé. 2004. 326 páginas.

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