sábado, 7 de noviembre de 2015

7 de noviembre de 2015

9: 36 a.m. Sábado
La mayor parte de mi tiempo transcurre pensando, hablando, leyendo, mirando, recordando y escribiendo sobre libros. En medio de la noche que acaba de pasar desperté pensando en mi propia escritura y sentí la imperiosa necesidad de darle un nuevo giro a mi estilo porque vale la pena experimentar y entonces pensé que valdría la pena escribir en este blog como si se tratara de un diario en todo el sentido de la palabra, una mezcla explosiva entre el estilo de Proust, Joyce, Dickinson, Barthes, Duras, Woolf, Emerson, Kafka, Pascal, Yeats, Keats, Rilke, Hofmannsthal, Séneca, Benjamin, Walser, Montaigne, Ovidio, Platón, Rousseau, Flaubert, Baudelaire, Blake y todas las personas que saben escribir y gozan narrando sus propios sentimientos, aquellos que tuvieron el don de convertir una tontería en un hecho memorable porque tenían mucha imaginación, sabían saborear a fondo cada instante de su vida y gozaban al plasmar las sensaciones que las experiencias les transmitían a través de la escritura. Una mezcla de literatura y filosofía. Eso es lo que haré a partir de hoy: voy a escribir mi Diario pero será un diario público y cumplirá con los requerimientos exigidos para la literatura del futuro con la que soñó Flaubert, un texto autobiográfico escrito con total sinceridad, buen estilo y sin omitir detalles que pongan a salvo la imagen del escritor: “Cualquier hombre que supiera escribir correctamente crearía un libro soberbio al redactar sus Memorias, si las expusiera con sinceridad y de manera completa”, le escribe Flaubert a Louise Colet en una carta.
En el Diario que empiezo a escribir hoy encontrará el lector todo tipo de textos narrados siempre en primera persona: Ahora estoy pensando en Emerson:
Siempre es útil que otros te digan qué es lo que no funciona. Entonces, cuando esa persona habla de lo que sí funciona, podemos darle crédito. Emerson abandonó el sistema del encabezamiento predeterminado del tema. Le explicó su nuevo sistema a Elizabeth Peabody, quien se lo transmitió por carta a su hermano George:
“Me aconsejó llevar un libro manuscrito y tomar nota en él de cada idea que se me ocurriera sobre cualquier tema interesante, conservando las imágenes con las que había surgido en mi mente. Este manuscrito debía ser perfectamente informal, permitiendo pasar de un tema a otro con sólo trazar una línea divisoria entre ellos. Después de que estuviera escrito, podía encabezar cada zona con un tema; y cuando quisiera escribir un artículo… allí estarían todas mis ideas, listas“.
Emerson debería haber agregado -o tal vez Peabody lo olvidó- que uno tenía que hacer un índice de cada diario al final para poder encontrar todas las entradas sobre un determinado tema sin tener que leer todo el manuscrito cada vez que se deseaba localizar algo.
Para realizar el sueño soñado por Emerson cada Diario tendrá un buen número de tags, los de este día de mi vida serán etiquetados con palabras del tipo: lectura, escritura, libros, Flaubert, Emerson, diario…
¿Para qué sirven las etiquetas en el Diario que tengo en mente?
Para que el lector y yo misma podamos navegar a lo largo del tiempo sin perder del todo el rumbo, para crear unidad de temas en medio de la diversidad de días y de horas.
***
El lector podrá hacer el seguimiento de mi pobre vida y lo podrá leer por morbo o por curiosidad.
Para no comprometer a nadie que no sea yo misma si narro un encuentro con un ser humano lo mencionaré con la primera letra de su nombre. Ejemplo: mientras caminaba rumbo a la 72 recordé que A había quedado de prestarme un libro que nunca vi, le narré el incidente a H y no se sorprendió, puesto que sabe qué tipo de sujeto es A…
Como los días se dividen en horas es probable que escriba varias veces durante el día y como cada hora del día nos trae experiencias nuevas es probable que narre esas experiencias el mismo día para que no pierdan la esencia, para que no sean tocadas por la interpretación.
Para que el lector pueda imaginar bien los hechos y y los cambios en mis estados de ánimo, para que pueda observar cambios abruptos en los fragmentos temporales, cada vez que apague el PC dejaré registro de la hora y si transcurridas algunas horas ha ocurrido algún hecho memorable me conectaré de nuevo y lo primero que haré será anotar la hora exacta. Siempre escribiré desde el mismo lugar, nunca desde el teléfono o desde un PC que no sea el mío.
1:23 p.m.
Tenía una cita a la 1, la había cancelado dos horas y media antes porque me sorprendió un aguacero digno del fin del mundo, dejó de llover, decidí que tal vez sí podría acudir a la cita pero gracias al pésimo servicio de transporte que tenemos en Bogotá esperé durante 45 minutos la ruta E25 y no pasó. Tuve que devolverme entre confundida y desconcertada. Llamé a A para narrarle el incidente y aproveché para decirle que sea valiente, que no es justo que tenga novia sólo para no soportar los fines de semana solo. Aproveché para tomarme el tercer café negro sin azúcar del día y aquí estoy de nuevo, mi Querido Diario.
3:13
“Werther alaba su propia tensión, que él afirma, frente a la simpleza de Alberto. Nacido de la literatura, no pudiendo hablar sino con la ayuda de esos códigos usados, estoy no obstante solo con mi fuerza, consagrado a mi propia filosofía”.
9789682310973
6:02 p.m.
“ANULACIÓN: Explosión de lenguaje en el curso del cual el sujeto llega a anular al objeto amado bajo el peso del amor mismo: por una perversión típicamente amorosa lo que el sujeto ama es el amor y no el objeto”.

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