domingo, 3 de abril de 2016

Si me va a pegar no me regañe

Alguien que no me quiere ni me respeta acaba de dejar este comentario en el blog. Yo pensaba que ya me habían olvidado los tuiteros colombianos pero no. Hace casi un año suspendieron @ensayista, tienen buena memoria, todavía me recuerdan aunque sea para decirme que no tengo talento y necesito ayuda profesional. ¿Será que todavía me están buscando para matarme?
Lo más asombroso de todo es que se nota que me ha leído bastante. ¿Por qué hay gente así?:
No sé qué te pasó en la vida, solo sé que es imposible establecer un diálogo contigo. Tienes la mentalidad de una niña gritona y chillona, golpeada por la existencia, limitada en experiencia, encerrada en una casa …la misma casa de siempre. Así que este comentario está vacío o lleno de cualquier cosa que puedas provocarme: nació y creció en su propia tumba y eso debió darle tiempo para intentar formular y responder algunas preguntas importantes, sin embargo, ahí la vemos perdida entre ese querer ser, el buscarse desesperada en el autor de turno, terminar trastornada por la demanda posmoderna, permanecer pendiente de la gente que envidia y a la vez repudia y del reflejo distorsionado de sí misma; y ese ser, de notable destreza digital, esclavo de sus complejos, usado para hacer más evidente su pasivo-agresividad y falta de agallas. ¿Por qué la perciben repulsiva si es una mujer alegre? Sí, es repulsiva para muchos (casi todos), de hecho solo le agrada a otros en el mismo repulsivo proceso o que se compadecen de esa insistente víctima (como buenos cristianos o ateos de país cuasiconfesional). Yo no te respeto, entre otras cosas, porque no sabes lo que eres, no quieres saberlo y tuviste muchas décadas para madurar el proceso. Te faltaron agallas y sobraron sonrisas. Si quieres compasión, la tendrás; generar repulsión, siempre. No creo que alguien realmente te admire sin pasar primero por una fase compasiva. Y como te conocemos bien, porque es imposible no conocerte (eres muy hábil en eso). hasta sabemos cómo respondes a este tipo de mensajes: quizá escribas algo al respecto, algo para maquillarte en ego, o tal vez subas otro autorretrato de concepto ajeno, o hagas un análisis intertextual o en tu paranoia denuncies el comentario como amenaza. De hecho, dudo que alguien quiera hacerte daño, tal vez solo quieren fastidiarte porque pides a gritos atención, usas el berrinche constantemente y sabes bien que a nadie le gusta escuchar chillidos. Exiges el maltrato virtual y hay, por supuesto, muchas personas dispuestas a complacerte. Eres una niña llorona pidiendo un muñeco sucio que luego tira contra una esquina. La gente juega tu juego por unos segundos al día, tú juegas tu juego las 24 horas del día. En ese ciclo de autocompasión, represión y esa lucidez de la que presumes se te va la vida. ¿En qué está la escritora sin obras propias? Ahí sentada, sonriendo, como cree que estaría su autor reencarnado favorito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario