lunes, 7 de agosto de 2017

Una bella historia de amor

– ¿La vas a embolatá?
-Ajá mami, a veces hay que explicar los chistes, cada quien lee desde su capacidad cerebral y su contexto.

Sandra y Juan se conocieron como se conoce casi toda la gente: por casualidad.
Se miraron a los ojos de forma distraída y en ese instante supieron de una vez y para siempre (especialmente Sandra) que su amor sería como en las telenovelas de la tarde, que sólo la muerte podrá llegar a separarlos aunque vivan a más de mil kilómetros de distancia y ella diga todo el tiempo que odia a los humanos, es asexual y sólo quiere ser su amiga.
Sandra es lo que llamamos en Colombia con desparpajo una completa calienta huevos. No le da ni siquiera un beso aunque duerma en la misma cama con él y le respire en la nuca. Vino en diciembre pasado y eso hizo la muy villana durante una semana y el pobre Juan recurrió a lo divino y lo humano para ser todo un caballero con esta extraña dama a la que no le gusta el sexo pero le gusta dormir con hombres en la misma cama y hacerles cosquillas con los dedos de los pies.
Juan superó la prueba para no parecer machista, desconsiderado, hijo del heteropatriarcado, hombre elemental, simio lujurioso… y cuando Sandra decidió regresar a su tierra  -estando ya en el aeropuerto-  le dio un beso en la boca y se fue.
Y a Juan sólo le quedó decir:
“Ay, mi corazoncito, qué es lo que quiere esta mujer, por qué juega así conmigo!”.
Está lejos, no quiere novio y no vive con él pero todo el tiempo está ahí en WhatsApp y en Instagram diciendo tú eres mi mejor amigo, me gustaría vivir contigo, me gustaría parchar contigo, probablemente me vaya a vivir a Bogotá, me dejarías vivir en tu casa, pero como amigos, sin sexo, podemos dormir en la misma cama, te puedo soplar la nuca pero anda, no seas machista, aunque esté desnuda en la cama contigo y te haga cosquillas con los dedos de los pies el sexo no me interesa, no seas machista, no pienses lo que no es.
¡Odio a los humanos!
Ella tiene la sartén por el mango porque desde el comienzo ha representado a la perfección el papel de mujer desvalida, triste y solitaria, un poco artista, un poco ida, un poco como Remedios la bella.  Juan es un hombre de naturaleza buena, un hombre que sabe ser compasivo y dulce, un poco heroico con las mujeres (porque también es bastante machista, como Sandra).
Juan y Sandra, Sandra y Juan, son como anillo al dedo, el matrimonio no consumado, la pareja ideal, el sentimiento hecho carne, el perfecto idilio de amor al mejor estilo de las telenovelas que no he visto pero en las que sospecho lloran bastante.
Ella necesita un buen hombre que la comprenda y la salve, que le aguante todos los caprichos y juegos tontos y él estará siempre ahí soportando los caprichos y juegos tontos planteados por la princesa.
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