viernes, 15 de enero de 2016

Contra la subversión

Al incorporar esta teoría de la apropiación, la contracultura se convierte en una “ideología total”, en un sistema de pensamiento completamente cerrado, inmune a la falsificación, en el que cada supuesta excepción tan sólo confirma la regla. Los rebeldes contraculturales llevan muchas generaciones fabricando música “subversiva”, pintura “subversiva”, literatura “subversiva” y ropa “subversiva” por no hablar de las universidades abarrotadas de profesores que propagan ideas “subversivas” a sus alumnos. Curiosamente, el sistema parece aguantar bien tantísima subversión. Pero ¿cabe pensar que no sea tan opresor como lo pintan? “Ni mucho menos”, contesta la rebelde contracultura. “Ésta es la constatación de que el sistema es incluso más opresor de lo que creíamos. ¡No hay más que ver lo bien que asimila tanta subversión!”.
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