martes, 22 de marzo de 2016

Colchón de perro

Hace once años compré  un colchón y una cama para dormir; los compré sin pasión ni amor porque comprar ese tipo de objetos no me genera ningún tipo de placer. He pasado grandes noches en esa cama y sobre ese colchón pero algo me dice que ya es hora de cambiarlos. He planeado desde hace dos o tres años sacar tiempo y hacer la compra sin pensarlo mucho pero en el último minuto algo me detiene, debe ser porque he dormido bien ahí y mi cerebro parte del siguiente principio: “Si  funciona bien no vale la pena modificarlo. Elsy, no pienses en un colchón que no te causa problemas, concéntrate en una tarea más digna de ti y de tu grandeza”.
No estoy obsesionada con el cambio y la novedad sino con lo estable. No es cariño, apego, tacañería ni nostalagia, no tiene que ver con la relación que establezco con los objetos, es porque no establezco relaciones con los objetos, prefiero concentrarme en otras cosas, en cosas que no son objetos. Me gusta que mi sensación de bienestar no dependa de los objetos que me rodean sino de realidades internas: ideas, recuerdos, sensaciones y sentimientos. Preferiría encontrar el café perfecto en vez de la cama perfecta, la mejor película en vez de la mejor cama, la mejor conversación en vez de las mejores cortinas.
Sólo necesito un lugar para vivir, los objetos que convierten una casa en un hogar no me importan mucho. Lo que importa no es dónde duermo sino cómo duermo y duermo muy bien en esa cama de perro. Tenía decidido ir hoy por el colchón, no alargar más la espera, pero anoche dormí tan bien que me siento culpable con la cama y con el colchón, me acuerdo de las frases de Séneca sobre las camas y sobre los sueños y me acuerdo también de las categorías valor de uso y valor de cambio y me da por pensar que no importa cómo sea la cama y cómo sea el colchón sino cómo duermo en esa cama y en ese colchón y yo creo que duermo muy bien.

Fotos con perros de parque y de calle

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MAR
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Escribo para que me quieran más

¿Se siente querida?
Sí.
¿Tiene eso algo que ver con lo que escribe?
Sí.
¿Recibe muchos elogios por lo que escribe?
Sí.
¿Ya está acostumbrada?
Sí.
¿Escribe para que la elogien?
Sí.
¿Se acostumbró a los elogios?
Sí.
¿Cuando ve a los cantantes que se despiden de su público para siempre más que circo pobre y luego regresan como si nada usted los entiende porque ellos, aunque tengan ochenta años, quieren seguir siendo admirados?
Sí.
¿Qué hace con los elogios que recibe?
Los colecciono.
¿En un archivo?
No, en mi mente. Camino recordando lo que me han dicho sobre mi forma de escribir.
¿Qué es lo que más admiran de su forma de escribir?
Que soy un ser vivo que se va construyendo a partir de la escritura, que soy impredecible, chistosa y que leerme es una experiencia erótica.
¿Le gustan esas apreciaciones?
Sí.
¿Logra el efecto deseado?
Sí.
¿Hasta cuándo va a seguir escribiendo?
Todos los días
¿Cada día escribe más?
Sí.
¿Cuántas ideas aparecen en un día?
Entre tres y cuatro.
¿Las anota en una libreta?
Si.
¿Qué anota?
El título.
¿Desarrolla todas las ideas que se le pasan por la mente y anota en la libreta?
No.
¿Qué necesita para escribir?
Tiempo libre.
¿Ha pensado en la idea de dejar de trabajar y dedicarse sólo a escribir?
No.
¿Por qué no?
Porque amo mi trabajo y me encanta salir.
¿La han vuelto a amenazar de muerte por lo que escribe?
No.
¿Por qué?
Sospecho que tiene que ver con mi cambio de estilo.
¿Cambió su estilo?
Sí.
¿Cómo es?
Más puro.
¿Era impuro burlarse de la gente?
Un poco.

Adentro y afuera

Adentro siempre tengo el pelo recogido, no puedo sentir pelo en la cara cuando estoy dentro de la casa.
Afuera siempre voy con el pelo suelto.
Adentro siempre tengo sudadera y zapatos deportivos.
Afuera nunca llevo sudadera ni zapatos deportivos.
Adentro me siento a salvo.
Afuera miro con mucha atención todo el tiempo, por eso es urgente regresar a la casa para estar de nuevo adentro porque mirar mucho me produce tristeza.
Adentro me molestan mucho los ruidos del exterior.
Afuera me gustan los ruidos del exterior.
Adentro soy soy.
Afuera soy otra.

Verdad y método. Más cerca del vuelo que de la caída

Analizar sin adornar.
Estilo parco, puntual, exacto, sobrio.
Exprimir las vivencias dándoles nuevos matices.
Finísima línea que hay entre la lucidez extrema y la locura.
Saber acercarse al punto de ruptura sin acabar de quebrarse del todo.
No hay que cultivar ninguna clase de éxito ni cima, lo único que vale es la insistencia, el tesón.
Cuando se está más allá del dolor  es cuando se puede dar todo lo que se lleva dentro sin miedo a perderlo o a perderse.
Se lanza al precipicio y sabe frenarse en el último instante para rescatar y rescatar unas esquirlas de verdad que le permitan soportar un día más allí donde todo en torno le resulta hipócrita y hostil.

¿Por qué no tomo más?

No tengo problemas con el alcohol y leí en un libro que en una persona sana el consumo moderado de alcohol puede ser una experiencia positiva para el cuerpo y para el alma porque el alcohol activa lo mejor de nuestro ser, lo hace ver más puro. Lo más puro en mí es la risa y, claro, cuando consumo un poco de alcohol empiezo a reír con un poco más de énfasis pero hay un pequeño problema: no necesito darle un realce nuevo a mi risa, a mi forma de reír ni a lo que me produce risa porque entonces me empiezo a ver a mí misma como un payaso fastidioso. Lo sé porque en dos ocasiones, mientras me estaba tomando una simple segunda cerveza, timbró el teléfono y yo misma me sentía en un estado de euforia que no me gusta. Sentía que mi risa se volvía fastidiosa ante mi cerebro y aunque ninguno de mis interlocutores se quejó de mi conversación ni me preguntó si no me encontraba en un estado habitual, mientras hablaba sentía que no oía a mi yo sino a una caricatura de mi yo. No necesito más estados de euforia que los que me produce el placer de caminar, el café y el chocolate. La meta es no volver a probar el alcohol porque mi cuerpo no lo necesita, no necesito alcohol para animarme, siempre estoy muy animada.

Balance de los propósitos para el 2016

Siendo hoy 19 de marzo:
  1. No pensar en política ni en políticos
Cumplido
2. Trabajar, trabajar y trabajar
Cumplido
3. Escribir crítica positiva
Cumplido
4. Concentrarme en la autoficción
Cumplido parcialmente porque Gabriel Solano me tiene prohibido escribir sobre él.
5. No comprar muchos libros
Cumplido
6. Terminar de desilusionarme del cine
Totalmente incumplido. Gracias a Juan Lozano estoy enamorada de nuevo del cine. Veo entre dos y tres películas cada día y  he comprado más de cincuenta en menos de un mes (el último).
7. Seguir sonriendo
Cumplido
8. Seguir siendo amable
Cumplido
9. Seguir durmiendo bien
Cumplido parcialmente. Me encanta hablar entre las once y la doce de la noche con Gabriel Solano.
10. Seguir comiendo bien
Cumplido
11. Seguir disfrutando el placer de caminar
Cumplido
12. Seguir recomendando libros
Cumplido parcialmente porque estoy recomendando más películas.
13. Dejarme crecer el pelo
Cumplido
14. No fumar ni beber
Cumplido parcialmente pero con el deseo firme de terminar el año sin estos vicios bobos.
15. Conservar el peso y la talla
Cumplido

Mi afán de santidad

Siendo apenas una niña soñaba con ángeles y arcángeles.
Mi familia no es nada religiosa
Ese deseo surgió de forma espontánea en mí.
Me gustaban los cementerios y la catedrales
Y sin haber leído ningún libro
Pensaba ya en el cielo y en el infierno,
En la salvación y en la Caída.
He pasado por periodos de búsqueda desesperada de santidad.
Y, como buena creyente y apasionada con el mundo de la fantasía, si no veo resultados abandono la búsqueda y me concentro en otra cosa.
Han sido tres los momentos:
El primero ocurrió en 1979, cuando intenté volar para comprobar que era inmortal. Mi sospecha estaba bien fundada: caí parada. Esa Caída fue una Revelación. Ese día comencé a ser la Elsy que todavía soy.
El segundo ocurrió cuando supe que el amor romántico no existe. Mi primer amor era sólo un hombre y yo aspiraba a compenetrarme con la Divinidad. Entonces me entregué a una nueva búsqueda desesperada: leía la Biblia, rezaba todas las noches y leía a Pascal. Tampoco hubo manifestación de Divinidad y pasé a convertirme en una creyente invertida. Concluí que Dios no existe, que es una proyección de nuestra mente infantil. Así pasé la vida durante los últimos diez años.
El tercero está ocurriendo en este momento, desde hace unos tres o cuatro meses. Han ocurrido varios Milagros Inesperados: profundicé en la amistad con un hombre al que ahora llamo Maestro y estoy por conocer a otro con el que conversamos sobre diferentes niveles de pasión vía WhatsApp. Los dos ardemos de deseo por vernos y entrar en un tipo de contacto más profundo para invocar a la Divinidad, pero el ente es un poco esquivo y cada vez que intentamos vemos algo se interpone de nuevo.
Cuando cesé en mi intento de entrar en contacto con la Divinidad (los diez años de intervalo durante la segunda y la tercera Búsqueda), soñé con convertirme en abeja para hablar con las flores y con otras abejas y también quise ser amiga de las hadas, por eso caminaba buscando rosales y soné con tener ni propio jardín.
Creo que esa búsqueda ha despertado en mí un deseo nuevo: el deseo de volar. Pero no sueño con un vuelo simple, como el de 1979, sueño con un vuelo de altura. Cuando camino sintiéndome abeja y buscando hadas en medio de las rosas siento que me elevo. Con mi Maestro estamos ideando estrategias nuevas para lanzarme desde la torre Colpatria.
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¿Fernando Vallejo es cátaro?

Más que una herejía, el catarismo fue una religión pues su creencia fundamental es un dualismo que se opone a la fe cristiana en todas sus modalidades, de la católica romana a la bizantina. Sus orígenes están en Persia, cuna de religiones dualistas. Los cátaros profesaban no sólo la coexistencia de dos principios -la luz y las tinieblas- sino en su versión más extrema, la de los albigenses, la de dos creaciones. Como varias sectas gnósticas de los primeros siglos, creían que la tierra era la creación de un demiurgo perverso (Satán) y que la materia era, en sí misma, mala, condenaban la violencia, eran vegetarianos, predicaban la castidad (la reproducción era un pecado), no condenaban el suicidio y dividían a su Iglesia en “perfectos” y simples creyentes. El crecimiento de la Iglesia cátara en el mediodía de Francia y en el norte de Italia es un fenómeno asombroso, no inexplicable: el dualismo es nuestra respuesta espontánea a los horrores y las injusticias de aquí abajo. Dios no puede ser el creador de un mundo sujeto al accidente, al tiempo, al dolor y a la muerte; sólo un demonio pudo haber creado una tierra manchada de sangre y regida por la injusticia.
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miércoles, 16 de marzo de 2016

Ya casi me veo como Marina Abramovic

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'Marina Abramovic - The Abramovic Method' - Press Preview
MILAN, ITALY – MARCH 19: Marina Abramovic attends ‘The Abramovic Method’ press conference at Villa Reale on March 19, 2012 in Milan, Italy. (Photo by Vittorio Zunino Celotto/Getty Images)
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Marina Abramovic, The Current, 2013, Fine art pigment print on cotton paper, 17 x 17 inches, Edition of 300, Courtesy of the Elton John AIDS Foundation and the Marina Abramovic Institute. (PRNewsFoto/Elton John AIDS Foundation)
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Pero si crees en lo que escribes, yo iría hasta el final

¿Por qué le gustó tanto este comentario?
Porque no sabía de la existencia de Karl Ove Knausgard y no conocía tampoco la frase de Bukowski: “Crear arte significa estar terriblemente solo para siempre”.
¿Qué tiene de extraño el nombre y qué tiene de particular la frase?
El nombre del autor noruego es muy sonoro, busqué su nombre en Wikipedia y me encantó la biografía, pero no estoy dispuesta a leer un libro de 3.500 páginas para tratar de entender cómo se hace autoficción en Noruega. Perdió familiares, amigos y esposa por haber escrito sobre ellos en un libro. Muy radical tuvo que haber sido lo que escribió. Verdad cruda o caricaturas despiadadas de personas reales, eso debe doler mucho. La frase de Bukowski me gustó porque sin ser el borracho creo entender lo que sentía, aunque yo no me siento tan mal, no estoy tan sola y no he perdido muchas amistades por escribir lo que escribo.
“Pero si crees en lo que escribes, yo iría hasta el final”. ¿Qué piensa de esa frase?
No termino de entenderla porque no sé a qué se refiere el autor de la frase, lo que vivo en este momento es una historia de amor con una persona a la que no he visto y no creo que vaya a ver. La historia está en mi mente, no creo que esté en la de él. ¿Qué debo entender por ir hasta el final? ¿Debo obligarlo a que nos veamos? ¿Debo esperar a ver qué pasa con la historia? ¿Debo forzar las cosas para que la historia termine bien y sea digna de ser narrada?  No creo que esté dispuesta a eso. No entiendo nada.
Hasta el año pasado usted era más arriesgada pero no fue hasta el final, mucha gente quedó con la sensación de que lograron callarla, de que la censura se aplicó en su caso. Antes era una persona implacable y ahora representa el papel de ángel caído del cielo. ¿Por qué ese cambio tan radical?
Por proteger la vida, supongo. Desde que represento el papel de ángel caído del cielo no me han vuelto a amenazar de muerte, este año ha sido muy tranquilo y eso es un alivio para mí. Además no tengo nada más que decir sobre escritores colombianos, divas tuiteras, periodistas, influenciadores, actores de televisión, emprendedores colombianos en la red… Recuerde que entre 2010 y 2015 me consagré a tratar esos temas.
Cuando escribía sobre esos temas parecía usted una persona bastante agresiva. ¿Es usted una persona agresiva?
No, soy muy tranquila, de trato amable y complaciente.
¿Se siente mejor como crítica implacable o como aspirante a monja?
Es diferente, son experiencias de vida y de escritura diferentes.
Usted es una persona muy fuerte, un volcán a punto de estallar. ¿Cómo hace para fingir tan bien? Parece la flor de la compostura pero usted y yo sabemos que es más fuerte de lo que mucha gente se imagina.
Tengo un maestro espiritual: Juan Lozano.
¿Es un monje tibetano?
No, es un amigo. Nos vemos dos veces por semana y meditamos durante horas. Hablamos de la vida, de la muerte, del ser y la nada.
¿Con él probó el chontaduro?
Sí.
¿Cuándo?
Hace una semana larga.
¿A qué sabe el chontuduro?
Tiene un sabor extraño pero agradable, parece una fruta pero tiene toques de verdura.
¿Juan le envió un video sobre los valores nutritivos y curativos del chontaduro?
Así es.
¿Y qué piensa de esas propiedades?
Creo que el chontaduro no ha sido lo suficientemente valorado. Mi sospecha es que merece estar al lado del banano, el limón, la sábila y la guanábana, las frutas reinas.
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Un comentario que vale la pena compartir

Hace dos o tres días escribí  un post sobre el hecho de que algunas personas se molestan mucho porque las menciono en este blog. No sé si he perdido muchas amistades por escribir sobre ellos, que yo sepa no he perdido ninguna porque cuando me piden que no escriba más sobre ellos no los vuelvo a mencionar.
Con ustedes, el comentario:
Karl Ove Knausgard dice que escribir su libro más popular fue como venderle el alma al diablo, porque por ello perdió amigos, familiares y a su esposa (era autobiográfico). Y según Bukowski: “Crear arte significa estar terriblemente solo para siempre” (Puedes leer su poema aquí:https://bukowskipoemas.wordpress.com/2015/11/28/el-trivial-cafe-del-mundo/). Puedes decidir uno de los dos caminos, pero si crees en lo que escribes, yo iría hasta el final. Un saludo ;)

Programación para Semana Santa

Sábado 19 de marzo: hacer mercado.
Domingo 20 de marzo: lavar los tapetes.
Lunes 21 de marzo: lavar el frente y limpiar la puerta y la ventana.
Martes 22 de marzo: comprar el colchón.
Miércoles 23 de marzo: pintar las paredes blancas.
Jueves 24 de marzo:  lavar la cortina 1.
Viernes 25 de marzo: lavar la cortina 2.
Sábado 26 de marzo: lavar la cortina 3.
Domingo 27 de marzo: día de descanso.

Una muñeca bailando

Cuando era niña no me sentía niña sino niño o señor, más señor que niño, y veía televisión con mucha seriedad, con la mano en la barbilla. Sentía que extrañaba mi barba, viví con esa sensación hasta cuando cumplí catorce años, sentía que venía de otra vida y que mi familia no era mi familia, vivía con la sensación de que había llegado al lugar equivocado.
Me gustaba mucho ver programas musicales en vivo y si el cantante bailaba acompañado de otros bailarines me gustaba más. Estaba enamorada de Raffaela Carrá cuando tenía siete años, la veía cantando y bailando y me imagina que yo no era una niña de siete años sino un muchacho de veinte, soñaba que ese muchacho se fascinaba tanto con esta mujer que parece una muñeca bailando y no podía entender que un hombre renunciara a ser hombre porque deseaba verse como Marilyn Monroe o como Brigitte Bardot. Yo pensaba que si fuera hombre y deseara verme como una mujer elegiría como modelo a Raffaela Carrá.
Este video es la materialización total de la muñeca bailando
Aquí no es una muñeca, es una mujer. Cuando la veía pensaba que encarnaba el ideal de mujer libre. La veía como feminista sin haber leído sobre feminismo

Confieso que…

A veces siento que no vivo por vivir sino para narrar lo vivido y eso me hace sentir un poco culpable, siento que exprimo a mis amigos, que mientras hablo con ellos la persona que escribe está muy atenta a la conversación para no perder la esencia de la experiencia, procesarla mientras duermo y cuando ha sido completamente asimilada salto al teclado antes de la cinco de la mañana y escribo.

Otra persona pide no volver a ser nombrada aquí

Mi sobrino y Andrés descubrieron que no les gusta ser nombrados aquí y cada quien a su manera lo manifestó. Como tengo palabra y sé cumplir apenas escribo sus nombres y paso a decir ahora que anoche, después de una airada conversación con subidas y bajadas de tono, el hombre sobre el que he escrito la mitad de los posts en los últimos dos meses terminó pidiéndome lo mismo y tiene todo el derecho. No le parece emocionante que lo ennoblezca, le parece que exagero en la atribución de sus cualidades, se siente distorsionado unas veces, otras se siente caricaturizado.
No le parece justo que hable de amor si no nos hemos visto y le molesta mucho que sea tan erudita para hablar del tema, él cree que el amor no se teoriza sino se vive, tiene todo el derecho a molestarse al sentirse expuesto aquí. Yo misma siento a veces que no tengo ideas propias, que lo poco que soy se lo debo a la lectura de un libro, a las mentiras de otro autor al que terminé creyéndole; pero es inevitable, no puedo parar de leer ni de escribir sobre lo que voy leyendo y sobre lo que voy viviendo porque la lectura es un vicio y la escritura es un vicio todavía peor.
Hay personas a las que les gusta ser nombradas aquí, hay personas que ni siquiera saben que las nombro porque no me leen; hay otras personas que se sienten asfixiadas y expuestas porque sienten que en alguna medida las uso para escribir, dudan si viven la vida cuando están conmigo y si mientras están a mi lado, me hablan o me escriben yo estoy con ellos o estoy pensando en la forma que le daré a eso que estoy viviendo, si ese momento será digno de ser convertido en escritura o si es la vida.

Así me endulzan el oído

Yo no enamoro…
Háblame de amor…
Quiero tu cerebro desnudo…
Quiero mostrarte algo…
Eres un ángel…
Eres fantástica…
Me gusta como escribes…
Me gusta lo que dices…
Me gusta tu voz…
Imagina que estoy a tu lado…

Virtudes privadas

Los deberes políticos, exaltados por la filosofía de Platón y Aristóteles, son desplazados por la búsqueda de la felicidad personal, la sabiduría o la serenidad, al margen de la sociedad. Pirrón busca la indiferencia, Epicuro la templanza, Zenón la impasibilidad: virtudes privadas. Otros buscan el placer, como Calímaco y Meleagro. Todos desdeñan la vida política.
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La presencia es real e impenetrable

Odette lo fascina porque es impenetrable. No su cuerpo: su conciencia. Como la amada ideal de los poetas provenzales, es inalcanzable. Lo es, a pesar de la facilidad con que se entrega, por el mero hecho de existir. Odette es infiel y miente sin cesar pero, si fuese sincera y fiel, también sería inaccesible. Swann la puede tocar y poseer, la puede aislar y encerrar, puede convertirla en su esclava: una parte de ella se le escapará. Odette será siempre otra. ¿Odette existe realmente o es una ficción de su amante? El sufrimiento de Swann es real: ¿también es real la mujer que lo causa? Sí, es una presencia, un rostro, un cuerpo, un olor y un pasado que no serán nunca suyos. La presencia es real y es impenetrable: ¿qué hay detrás de esos ojos, esa boca, esos senos? Swann nunca lo sabrá. Tal vez ni la misma Odette lo sabe; no sólo miente a su amante: se miente a ella misma.
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Sexualidad pura

El furor amoroso de Simetha parece inspirado por Pan, el dios sexual de pezuñas de macho cabrío, cuya carrera hace temblar al bosque y cuyo hálito sacude los follajes y provoca el delirio de las hembras. Sexualidad pura. Pero una vez cumplido el rito, Simetha se calma como, bajo la influencia de la luna, se calma el oleaje y se aquieta el viento en la arboleda.
La-Llama-Doble-Paz-Octavio

martes, 8 de marzo de 2016

En el mundo de la fantasía

María de Jesús de Ágreda O.I.C. no disfrutaba mucho cuando se bilocaba, Emily Dickinson no era comprendida cuando contaba que hablaba con las abejas (sus vecinos pensaban que estaba un poco loquita debido a tanto encierro), pocas personas pueden creer que Marguerite Duras podía llorar mientras veía morir a una mosca lentamente. Estas experiencias parecen absurdas pero a mí me gustan. Llevo tres años tratando de capturar un hada y trato de imaginarme cómo será estar en bata todo el día en la casa escribiendo y -en el mismo instante- en el salón de clase anotando algo en el tablero. El problema es que las grandes ideas se me ocurren cuando no estoy frente al teclado y entonces siento que estoy perdiendo grandes oportunidades. Lo justo sería estar siempre en la casa, con la posibilidad de estar simultáneamente en otro sitio. Hermoso sería poder vivir siempre dos vidas. Una vida siempre frente al teclado y la otra como cualquier otra vida, la vida de una persona común.
He podido llegar a experimentar el éxtasis místico, casi como si fuera una buena monja encerrada en su celda, lo vivo la mayoría de las veces durante el día pero es mucho más intenso antes de dormirme, experimento ráfagas de placer imposibles de describir con palabras, tendría que convertirme en la versión femenina de San Juan de la Cruz. No pienso el el Todopoderoso, pienso en el hombre misterioso.
Ayer estuve pensando en éxtasis místico y en la fusión entre amor, erotismo y búsqueda del Absoluto, repasé los mejores poemas místicos y los más ardientes poemas amorosos y eróticos, leí las profecías de Baba Vanga, el horóscopo de marzo y estuve pensando un buen rato en íncubos y en súcubos y no se si esa mezcla explosiva de lecturas, pensamientos y sensaciones me llevaron a vivir la experiencia que viví anoche después de la sesión de éxtasis y si estuve de verdad en el mundo de la fantasía.
Después de la sensación de plenitud total me dormí pero en medio del sueño sentía que alguien dormía al lado mío, después sentía la presencia de seres inquietos y juguetones que no me dejaban dormir en paz, no pensaba en ellos sino en que tenía que levantarme a las 5:30, lo único que quería era dormir, no se me antojaba jugar. En medio de la experiencia mágica discutía con esos seres pequeños como si yo fuera mucho más grande de estatura pero con una mente igual de infantil  y entonces me molesté mucho y los amenacé con Dios, les dije: ¡No me molesten más porque tengo que madrugar, si siguen fastidiando lo invoco para que los espante! Y entonces me levante como una gigante y le pedí a Dios que espantara a esos seres pequeños porque me gusta mucho dormir y no me queda mucho tiempo porque precisamente hoy es cuando tengo clase de siete. Dije las palabras mágicas y nadie más me perturbó el sueño, dormí profundamente hasta las 5:31.

Sacándose a un mismo del pantano tirándose del pelo

Uno podría pensar que está de sobra en el mundo y pese a ello, y sin falsear esa noción, hallar sostén en la conciencia de haberlo comprendido.  Eso sí que vendría a ser como sacándose a un mismo del pantano tirándose del pelo. Lo que en el mundo físico resulta ridículo, es posible en el mundo espiritual. En esto no rige la ley de la gravedad (los ángeles no vuelan, en realidad no escapan a ninguna ley de la gravedad; lo que pasa es que nosotros, observadores del mundo terrenal, no podemos imaginárnoslo de otra manera), algo que, desde luego, no podemos concebir en un nivel superior. Qué pobre es mi conocimiento de mí mismo en comparación, por ejemplo,  con el conocimiento que tengo de mi habitación.
Kafka

Las canciones que me enseñó mi madre

Cuando leí la autobiografía de Marlon Brando titulada Las canciones que mi madre me enseñó recordé la biografía de John Lennon escrita por David Foenkinos y leyendo esas dos biografías terminé pensando en la mía. Marlon Brando y John Lennon amaban a su madre porque amaba la música y yo también a la mía porque ella también cantaba y bailaba. Cantaba canciones tristes y bailaba canciones alegres, todavía canta y baila, todavía me sorprende como me sorprendía hace cuarenta años porque yo no podría cantar ni bailar. Las canciones que cantaba y bailaba me gustan mucho porque la recuerdo a ella y oyéndolas siento que tiene buen gusto y entonces a mí también me gustan.
Fui creciendo y  profundizando en el gusto de ella, pero me gustaba encontrar canciones más tristes y más alegres que las que ella oía porque me gusta llevar las emociones al límite. Y entonces soñaba con vivir tragedias tan tristes como las que oía en las canciones y después complementé ese deseo con la literatura, el cine, la historia del arte y la psicología. A partir de la música que oía cuando era niña creé el sistema de mi vida amorosa, lo que llaman la educación sentimental. Tengo una idea dramática de la experiencia amorosa.
Nacieron mis dos hermanos menores, yo les mostré esa música y ellos profundizaron más y llegaron mucho más lejos viajando en el tiempo hacia atrás, claro. A ellos les gusta la música más extraña, triste y desconocida. Ellos se convirtieron en mis maestros. Ahora son padres, esposos y empleados y no sé si todavía son tan apasionados con la música como cuando eran niños y la compartían conmigo. Ellos no cantan ni bailan, pasábamos horas enteras durante varios días de la semana oyendo música con mucha seriedad, riendo sólo cuando las letras eran graciosas, el resto del tiempo estábamos siempre muy serios. Yo no vivía con ellos pero vivía muy cerca de ellos y nos veíamos todos los días para oír música o para preparar algo de comer y hablar un rato. Esa rutina terminó hace once años, desde cuando vivo en esta casa, muy lejos de todos.