miércoles, 2 de marzo de 2016

Soy muy pulcra

Cuando era niña no jugaba, me gustaba caminar; los juegos de los niños me parecían bruscos. Y entonces la gente decía: ¿Qué le pasa a Elsy? ¿Por qué no juega como los demás niños? ¿Por qué camina como una boba mirando los dibujos que están pintados en los salones? La gente sentía que no vivía porque no jugaba, porque no soportaba los juegos de los niños bruscos y malcriados.
Cuando tenía quince me gustaba jugar, pero jugaba sola, elevaba globos y cometas desde la terraza de mi casa todas las tardes. Lo hice durante años, hasta los 19, cuando conocí el amor. Cambié los globos y las cometas por el sexo (que también era un juego muy divertido). Yo jugaba y la gente se preguntaba: ¿Qué le pasa a Elsy? ¿Por qué juega con globos y cometas? ¿Es boba? Los juegos absurdos son para los niños, Elsy debería madurar…
Cuando iba a fiestas bailé durante un tiempo y después no bailaba y no iba a fiestas ni a discotecas ni a bares y a ningún tipo de “rumba”. Y la gente se preguntaba: ¿Qué le pasa a Elsy? ¿Por qué no baila? ¿Por qué no se divierte? ¿Por qué no disfruta la juventud? ¿Por qué es tan amargada? ¿Por qué es tan pulcra?
Cuando tenía veinte me vestía como si tuviera cuarenta porque no me gustaba que me miraran el cuerpo y la gente seguía haciendo preguntas: ¿Qué le pasa a Elsy? ¿Por qué se viste así? ¿Por qué no nos muestra de qué está hecha? ¿Por qué pone una especie de barrera que nadie puede derribar? ¿Por qué Elsy es tan pulcra?  ¿Por qué es tan seria? ¿Por qué es tan recatada? ¿Por qué no disfruta la vida?
Cuando tenía treinta ya escribía ensayos y empecé a sonreír y en ese tiempo no hacían muchas preguntas.
Cuando tenía cuarenta empezaron a preguntar de nuevo: ¿Por qué Elsy no envejece con dignidad? A Elsy le hace falta vivir, a Elsy le hace falta calle, ¿Por qué Elsy no viaja? ¿Por qué Elsy sólo lee y no vive?
Anoche (tengo 45) me dijeron: uno no puede morir sin cicatrices.
Y me volví a sentir juzgada.
Me han juzgado siempre.
Me han juzgado porque no he cometido los errores que suele cometer la mayor parte de la gente.
Me juzgan porque no me enfermo.
Me juzgan porque no sufro.
Me juzgan porque no odio.
Me juzgan porque no me odio a mí misma ni odio la vida y porque no me quiero matar.
Quisieran que consumiera drogas, alcohol  y antidepresivos, que fuera promiscua y mal hablada para darme ánimos, para decirme que la vida es bella y yo puedo cambiar. Quisieran recomendarme un buen psiquiatra, una buena clínica de reposo para que me calme un poco. Pero como no tengo nada que cambiar entonces me dicen que no vivo, que me cierro a las experiencias, que soy amargada y pulcra. Que no sé nada de nada porque soy muy inocente porque no he vivido ni sé en qué consiste la pasión y el amor.
Me juzgan porque puedo pasar días enteros en una casa. ¿Por qué Elsy no sale? ¿Por qué Elsy no vive?
Me molesta mucho que la gente asocie vida con sufrimiento y con malas experiencias. Me molesta que la gente no valore una vida como la mía sino que la censure, que me digan pulcra, miedosa y odiosa.
Desde hace mucho tiempo descubrí la palabra eudemonología, que significa, más o menos, el arte de aprender a vivir.
Aprender a vivir es no darse golpes contra el mundo.
Aprender a vivir es evitar el sufrimiento.
Aprender a vivir es quererse, cuidarse y cultivarse.
Aprender a vivir es perdonar a los imprudentes y disfrutar leyendo y hablando con la gente.
Sí, soy muy pulcra.
¿Cuál es el problema?

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