miércoles, 2 de marzo de 2016

Admiramos en ella lo que no admiramos en nosotros

Es una mujer nacida para no molestar a nadie.
Tiene la expresión atónita de las estatuas pero no es una tonta, es sólo que se concentra mucho.
Es más indiferente e imponente que un andamio.
Eran ilusiones suyas. Nunca la han odiado, quizá.
Es imposible odiar a alguien como yo.
Hace ya mucho tiempo que ha renunciado a ser realmente comprendida.
Hasta que apareció Juan.
No se confundan, no es Juan Andrés, es Juan Lozano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario