viernes, 13 de mayo de 2016

Suéltate el pelo

Eres gordita
no paras de fumar
(pero nunca fumas a mi lado
y te adoro por eso)
hablas como cantando un bolero tristón
tus ojitos cansados ruegan amor
y no hay nada que te guste más
que tomar champagne con los amigos
en esa espléndida terraza
frente al cerro santa lucía
no me has contado tu vida
pero sé que necesitas desesperadamente
un poco de amor
los labios de un hombre devorándote
el incendio de su piel con la tuya
tres orgasmos seguidos/por qué no
con un amante sucio
que se revuelque contigo
arriba del cerro santa lucía
o en la cama trajinada
de un motel de paso
sé que estás solísima
y el amor es una idea borrosa
y nunca un guapo se perdió en tus labios
sé que nadie te quiere a morir
ni siquiera tú misma
pues el otro día te pregunté
tomándonos una copa en la terraza
por qué tienes un hueco en el pelo
y me dijiste con una sonrisa desolada
porque a veces me vuelvo loca
me arranco mechones
y me tiro a llorar
en el piso del baño
quiero darte un consejo
con todo el cariño
que me inspira tu voz dulce
y sin embargo fatigada:
quiérete mucho
como nadie te enseñó a quererte
y suéltate el pelo
y deja de llorar en el baño
(sólo porque no encuentras a un hombre
que se encienda contigo)
y no fumes más
anda al gimnasio
ponte a trotar
suda tu pancita con cien abdominales
mírate rico en el espejo
y juega contigo en las noches
tócate/mímate/quiérete harto
hasta que llegue un hombre
que sepa querete y tocarte
mejor que tú misma
no sigas jalándote el pelo
porque así sólo vas a encontrar
a un hombre abusivo
que terminará de arrancarte
el poco pelo
que aún tengas
bota el cigarro
anda al gimnasio
y hazme caso
sé tu misma
el amante
que no encuentras
Jaime Bayly, 2001. Aquí no hay poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario