martes, 8 de marzo de 2016

Las canciones que me enseñó mi madre

Cuando leí la autobiografía de Marlon Brando titulada Las canciones que mi madre me enseñó recordé la biografía de John Lennon escrita por David Foenkinos y leyendo esas dos biografías terminé pensando en la mía. Marlon Brando y John Lennon amaban a su madre porque amaba la música y yo también a la mía porque ella también cantaba y bailaba. Cantaba canciones tristes y bailaba canciones alegres, todavía canta y baila, todavía me sorprende como me sorprendía hace cuarenta años porque yo no podría cantar ni bailar. Las canciones que cantaba y bailaba me gustan mucho porque la recuerdo a ella y oyéndolas siento que tiene buen gusto y entonces a mí también me gustan.
Fui creciendo y  profundizando en el gusto de ella, pero me gustaba encontrar canciones más tristes y más alegres que las que ella oía porque me gusta llevar las emociones al límite. Y entonces soñaba con vivir tragedias tan tristes como las que oía en las canciones y después complementé ese deseo con la literatura, el cine, la historia del arte y la psicología. A partir de la música que oía cuando era niña creé el sistema de mi vida amorosa, lo que llaman la educación sentimental. Tengo una idea dramática de la experiencia amorosa.
Nacieron mis dos hermanos menores, yo les mostré esa música y ellos profundizaron más y llegaron mucho más lejos viajando en el tiempo hacia atrás, claro. A ellos les gusta la música más extraña, triste y desconocida. Ellos se convirtieron en mis maestros. Ahora son padres, esposos y empleados y no sé si todavía son tan apasionados con la música como cuando eran niños y la compartían conmigo. Ellos no cantan ni bailan, pasábamos horas enteras durante varios días de la semana oyendo música con mucha seriedad, riendo sólo cuando las letras eran graciosas, el resto del tiempo estábamos siempre muy serios. Yo no vivía con ellos pero vivía muy cerca de ellos y nos veíamos todos los días para oír música o para preparar algo de comer y hablar un rato. Esa rutina terminó hace once años, desde cuando vivo en esta casa, muy lejos de todos.

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