miércoles, 16 de marzo de 2016

Confieso que…

A veces siento que no vivo por vivir sino para narrar lo vivido y eso me hace sentir un poco culpable, siento que exprimo a mis amigos, que mientras hablo con ellos la persona que escribe está muy atenta a la conversación para no perder la esencia de la experiencia, procesarla mientras duermo y cuando ha sido completamente asimilada salto al teclado antes de la cinco de la mañana y escribo.

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