viernes, 27 de noviembre de 2015

¿Por qué el humor solemne ofende tanto?

¿Por qué logra ofender a tanta gente con su forma de escribir?
Porque soy una  heroína desbordante de alegría.
¿Usted qué piensa de la vida?
Creo que está disfrazada de apariencia y  de belleza y que tiene mucho de divertida.
¿Por qué algunas personas creen que usted es una persona peligrosa?
Porque manejo las armas de manera potente y victoriosa.
¿Cuáles armas?
Una palabra antes o después de la otra. Muchos puntos y pocas comas.
¿Cuál es el rasgo que mejor la caracteriza?
Intento configurar una cultura y establecer el dominio del arte sobre la vida.
¿Cree que lo logra?
Sí.
¿Por qué cree que la leen tanto a pesar de la repulsión que genera?
Porque hay gente que cree que digo la verdad.
¿Y dice la verdad?
Sí.  Ni la casa, ni la silla, ni la bufanda ni la piedra para partir un pedazo de panela descubren que ha sido la necesidad la que los ha concebido, sino el juego y el disfrute del tiempo libre: parece como si en todos ellos hubiera de expresarse una felicidad sublime y una serenidad olímpica y, en cierto modo, un juego con la seriedad. Lo mismo pasa con lo que escribo. No le brinda nada a las personas y sin embargo les sirve para algo. Leen. Leen y luego piensan en aquello que leen y la experiencia tiene que ser sublime, porque quieren volver a leer. Les gusta repetir. Quieren que no deje de escribir. Esa es la petición más constante que recibo. No quieren leer varias veces el mismo texto sino que sueñan con un texto nuevo cada día. Varias personas me han dicho que gozan mucho, como niños, con mis autoentrevistas. Mientras pasan sus ojos por esta línea los imagino fascinados. Y eso es simplemente encantador: escribir para darle placer a un lector ávido de estilo y corrección.
¿Qué es lo más claro en usted?
Logro conjurar los males gracias a que en mí es muy fuerte la energía interna que se convierte en constante claridad, animación y liberación. A través de un proceso que inició hace mucho tiempo puedo experimentar ráfagas de dicha de forma natural. Lo que llaman el simple placer de estar vivo. Como un gato durmiendo olvidado del universo o un perro vagabundo tomando el sol tirado en la mitad de una calle transitada. Puedo gozar como las bestias, puedo dejarme llevar por mis propios pasos por el simple placer de caminar.
¿Las palabras hirientes no la tocan?
No.
¿Las calumnias y las injurias no la tocan?
No.

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