domingo, 3 de abril de 2016

Poderosa luna llena

  • A veces me despierta la luna llena
  • ¿Y qué te dice?
  • Me dice que la mire
  • ¿Y tú qué haces?
  • La miro
  • ¿Y te gusta?
  • Sí, mucho.
La conversación que acabo de recrear la recordé anoche porque anoche me despertó de nuevo la luna llena y me pidió -como siempre- que la mirara. Dos veces se iluminó el cuarto porque la luna estaba gigante y parecía más cerca que de costumbre.
La misma persona -el mismo hombre de la conversación sobre la luna llena que me pide que la mire- hizo un dibujo muy bonito y me dijo: “así te imagino cuando hablo contigo, sumergida”. Es uno de mis dibujos favoritos entre todos los que me ha mostrado. Me gusta el conjunto pero deliro por las manos sosteniendo cintas que parecen volar, los adornos del vestido, la ilusión de movimiento, la levedad, la música y el payaso.
No me cree que lo amo sin haberlo visto pero tengo que reconocer que todo comenzó con ese dibujo. Lo miro y me siento yo y entonces me gustaría volver a volar en bicicleta, me gustaría volver a escalar montañas, correr y nadar pero recuerdo que entre los quince y los treinta años me entregué de lleno y a conciencia a esos placeres y un día decidí que hay que aprender a ir un poco más despacio y entonces llevo quince años caminando el mismo camino. Me gusta caminar todos los días por el mismo camino.
  • ¿Qué estás haciendo?
  • Estoy sentada en una silla al lado del computador. ¿Tú qué estás haciendo?
  • Estoy acostado en mi cama hablando contigo
  • ¿Quieres que me acueste en la cama y hable contigo?
  • ¿Ya estás acostada?
  • No
  • ¿Qué estás haciendo?
  • Estoy tomando yogur con galletas
  • ¿En la cama?
  • No, en la cocina….
  • Ya estoy acostada. ¿Quieres que hablemos con la luz prendida o apagada?
  • Apágala.
color-negro
Mejor préndela.
¡Magia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario