miércoles, 20 de abril de 2016

Una encantadora bruja blanca

Escribía casi todos los días
Pero llevo diez días sin escribir
Antes se me ocurrían cuatro grandes ideas en un solo día y pensaba: lo que me hace falta es tiempo para escribir.
¿Por qué no he vuelto a escribir?
Porque paso mucho tiempo hablando de libros y de ideas locas y no tan locas con Juan Lozano y entonces estoy pensando más en leer que en escribir, en escribir sobre los libros que voy a leer.
Pasamos horas hablando de brujas blancas, de druidas y de sacerdotes negros. De hablar con el árbol y con el jaguar.
Vi La bruja, la película. Retomaré mis libros de esoterismo e intuición. Compré un libro para convertirme en una bruja blanca que practica la magia verde.
Para ser la bruja blanca con la que sueño necesito seguir viviendo sola, seguir leyendo, seguir sonriendo y darle un poco más de brillo a mi mirada. La forma de caminar seguirá siendo la misma.
No aspiro a hacer hechizos, a pronunciar oraciones ni a hacer encantamientos. No quiero someter ni doblegar. Todavía no sé qué es lo que quiero pero sé que quiero algo y ese algo está relacionado con procesos de lectura y escritura.
Bien sabemos que las escritoras también son una especie de brujas.
Una mujer que pasa la mayor parte de las horas de su vida sola y en silencio
Una mujer de risa maliciosa que tiene mucho tiempo libre para leer y que sabe escribir para hacer reír al listo y hacer llorar al tonto se puede ver como una bruja, como una  dulce bruja blanca que practica la magia verde.
señora 2

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