viernes, 11 de noviembre de 2016

¿A las mujeres se les exige mucho?

Estuve hablando con un médico. Le pregunté si puede detectar enfermedades del cuerpo y del alma con sólo mirar al paciente y antes de que me respondiera le dije que yo sí puedo porque soy experta en la mirada espontánea. Le dije que es preciso fijarse en la mirada, la sonrisa y la forma de caminar de la gente, en la forma de mover los brazos y las manos. Le dije que están más tristes y enfermas las mujeres, aunque los hombres también están agobiados y confundidos. ¿Es el cambio de milenio, la Era de Acuario, la estrategia de los dueños del mundo? ¿Nos quieren volver locos a todos? ¿Quieren comenzar con las feministas?
El médico no lo negó y agregó la siguiente frase: “¡Claro! A las mujeres se les exige mucho. Deben verse bonitas, ser buenas esposas, experimentadas amantes, saber cocinar, vestirse bien, ser madres ejemplares, trabajar con esmero y ser feministas, jajajaja, esa ocupación también les quita mucho tiempo”.
Y yo no lo dije pero lo pensé: “Los hombres nunca se han tomado en serio el feminismo, han dejado que las mujeres se liberen todo lo que quieran para reírse un poco mejor.Y ahora que no tenemos feminismo sino feminismos tienen mucho material para recrearse con sus burlas. No importa, a pesar de todo sigo amando a estos cerdos machistas, a los cisgénero: hombres con genitales masculinos que se ven y se identifican como hombres. La próxima vez que me encuentre con un hombre le preguntaré si es cisgénero: “¿Tienes genitales masculinos y eres hombre hombre?”.
Lo más triste de todo: el médico tiene razón.
¡Y no es que a las mujeres se les exija demasiado, pasa más bien que muchas mujeres mal entrenadas y poco reflexivas quieren competir con los hombres y no saben que competir no es una actitud inteligente porque terminan haciendo doble trabajo: el de los hombres y el de las mujeres: los hombres sólo tienen que ser hombres y ya; ellos no están pidiendo ser madres, por ejemplo!
Muchas mujeres quieren posar de heroínas, de exitosas, de controladas y versátiles y, entonces, recordé la frase machista que oí hace como treinta años: ¡El feminismo les sirvió para que además de ser madres y amas de casa ahora también tengan que trabajar!
Y, claro. Ahora la mayoría de las mujeres se siguen casando, teniendo hijos, siguen cocinando, quieren verse muy femeninas y además trabajan. En el trabajo no quieren ser “menos” que los hombres y, entonces, por querer demostrar que son iguales, que no son seres inferiores, terminan trabajando el doble y muchos hombres se sientan a verlas trabajar.
No son inteligentes ni creativas como yo. La clave consiste en usar lo mejor del feminismo para beneficio propio. Para comenzar: ¿qué sentido tiene casarse y tener hijos si es lo menos original que las mujeres han hecho a lo largo de la historia? ¡Pero la feminista también cae en el juego de la reproducción y termina convertida en ama de casa y madre asfixiante como todas las demás! No tener hijos deja mucho tiempo libre, se nota que no aprendieron nada de Virginia Woolf y de Simone de Beauvoir.
La estrategia de la lucha por el poder es masculina, es el infantilismo masculino que explicó tan bien Virginia Woolf pero las feministas en vez de sentarse a contemplar a los pobres hombres luchando por el poder les pareció más divertido competir con ellos. ¡No son inteligentes! Buscan competir con los hombres.
Conclusión: ¡El médico tiene razón! Con el feminismo las propias mujeres se encargaron de echarse la soga al cuello.

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