sábado, 12 de noviembre de 2016

Si amas a tu perro trátalo como a un perro

Hay gente que no tiene hijos pero tiene perro y sueña con realizarse como padre con su perro: lo educa, juega con él, lo llama por su nombre, se siente orgulloso de sus avances, no pueden conversar pero, en todo caso, los hijos no conversan mucho con sus padres y a veces las palabras hieren y separan a los padres de los hijos. Los hijos no son de los padres sino de la vida, como los perros. Ni los perros ni los hijos son ramas de los padres, porque ni los padres ni los hijos ni los perros son árboles ni ramas sino personas y animales con pies y patas.
Los perros no son tan tontos como algunos amos suelen creer, hay algunos que los superan en inteligencia: el perro siente compasión, finge no poder alcanzar en el aire el objeto que su amo le lanza como si lo estuvieran filmando (la gente que suele jugar con su perro en el parque por lo general es más fea, más chica, más insignificante que su perro, es gente a la que nadie miraría si no fuera por la gracia del animal). El perro no atrapa el objeto que le lanza su amo porque sabe que si lo hace le va a dar golpes en la cabeza para que lo suelte y si es tan tonto como para lanzarle objetos pequeños, cuando el perro se los traga supone que después de cinco minutos se los va a devolver porque lo tiene debajo de la lengua. El problema de los domadores de perros no entrenados es que creen que el perro es una prolongación de sí mismos, no saben que aunque hombres y perros puedan convivir son seres diferentes.
Tomar al perro por hijo es gracioso, tomar al perro por alumno es gracioso, disfrazar al perro de persona es ofensivo, una ofensa contra la dignidad del perro: a la perra no le interesa saber cómo le queda la falda y la cintas rozadas en la orejas; al perro blanco le debe resulta bastante incómodo caminar con cuatro zapatos negros de cuero con cordones, es un pobre perro torpe que camina como ciego ¿qué tiene de divertido ponerle pesas en el cuerpo a un perro y sacarlo a caminar para que los demás lo vean como a un perro peligroso? ¿Por qué sentir que tengo un perro deportista por el solo hecho de llevarlo corriendo mientras yo disfruto en la comodidad de una bicicleta?
Hay gente no que tiene hijos ni desea tenerlos, para eso tiene perro; hay gente que quisiera aprovechar mejor su tiempo libre pero no tiene talento para nada, entonces se compra un perro, al que decide entrenar; hay quien busca reafirmar su propia personalidad y escoge un perro para hacerlo, la elección debe ser inconsciente pero es un hecho que la mente humana es poderosa y gracias a este poder hombre y perro terminan por parecerse, hay perros con cara de gente y gente con cara de perro, ¿quién termina por parecerse a quién?, ¿la transformación se da gracias al poder mental del amo o del perro?
Comprar un perro es como comprar un carro: grande o pequeño, discreto o extravagante, usado o nuevo, ruidoso o silencioso, elegante y costoso o corriente y barato. Tener o no tener, tengo carro y perro grande, tengo carro y perro pequeño, no tengo carro ni perro, no necesita carro ni perro, cómo me vería yo en tal carro o con tal perro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario