viernes, 24 de julio de 2015

Catalina Ruiz-Navarro: censora de la revista SoHo

En la revista SoHo ofrecen todo tipo de productos y entre esos productos está la mujer. Casi todos los productos para la venta están relacionados con mujeres y sexo: carros, hoteles, restaurantes, colonias, condones, ropa, juguetes sexuales, alcohol… Durante quince años Daniel Samper Ospina se ha dado el lujo de desnudar a más del 90% de las mujeres a las que se ha propuesto hacer pasar por su revista y algunas de ellas, claro, son feministas indignadas. Hoy vamos a hablar de una de las más indignadas e incoherentes de todas: Catalina Ruíz-Navarro.
Los dos trabajos más destacados de ella en la revista han sido: catadora de condones y participante en una encuesta sobre sexualidad, la mujer y la sexualidad de la mujer típica de la revista SoHo: amante del sexo a cambio de comida, regalos costosos y dinero, la mujer exigente que se hace pagar y se fija en la marca del carro, aquella que valora al hombre dependiendo de cuánto pagó en el restaurante y en el motel.
En el último número de la revista hicieron experimentos con productos que se ofrecen en el mercado, querían saber si las cualidades del producto corresponden con las que anuncian los medios: cremas reductoras, tratamientos para la calvicie, brujos y prostitutas conseguidas a través de páginas web, entre otros. En el caso de las mujeres el experimento consistía en saber si la mujer que aparece en el portal es la misma que llega a prestarle el servicio sexual al investigador. De las tres mujeres sólo una correspondía a la realidad. La conclusión es que ni las cremas, ni los brujos ni las prostitutas cumplen con las expectativas del cliente. Todo predecible, nada digno de escandalizar a nadie.
Catalina escribió una columna en El Espectador en la que sienta su voz de protesta porque en la revista la mujer fue tratada como un objeto sin su consentimiento, juzga con severidad a Daniel Samper Ospina como si no lo conociera, como si no fuera consciente del tratamiento que le da a la mujer número tras número en la revista de la que es director. Todos sabemos, no necesitamos ser expertos en nada para saberlo, que en la revista SoHo la mujer es un producto más. En todos los números salen modelos ambiciosas que presentan su perfil sexual para quien desee hacer uso de sus servicios, con frecuencia entrevistan prostitutas y actrices porno para animar a las mujeres que leen la revista para que aprendan las técnicas que proponen estas maestras. Los hombres se deben sentir muy bien viendo cómo estas mujeres, las que posan y las que participan en los experimentos, se sienten dichosas porque trabajan para un medio tan prestigioso y no se complican pensando en la forma en que son vistas por los lectores.
Pueden indignarse Carolina Sanín y Salud Hernández, pueden despreciar al director de la revista, a los lectores y a las mujeres que se sienten realizadas porque colaboran para la revista. Catalina Ruíz-Navarro no, ella no tiene derecho, ella se ha congraciado muchas veces con Daniel Samper Ospina, ha consentido ser tratada y vista como un pedazo de carne, como carne para la venta, soltera y disponible. Así la presentan en la encuesta.
De nuevo, como tantas otras veces, uno no entiende si Catalina Ruíz-Navarro se esfuerza por llamar la atención, si pide ser insultada por alguien como yo, si goza con el descrédito permanente, o si no tiene el nivel de inteligencia y coherencia suficientes como para entender que ella no es la mujer más indicada para ajusticiar a la revista y ni al director.
catalina ruíz.-navarro

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