jueves, 23 de julio de 2015

El periodismo de investigación de Virginia Mayer

Cada cierto tiempo Virginia Mayer vuelve a dar de qué hablar, siempre porque cometió un error periodístico peor que el anterior. Tiene patrocinadores de la talla de Julio Sánchez Cristo en W Radio Colombia y de Andrés Hoyos en los "circulos intelectuales bogotanos" y al parecer es la periodista mimada de Kienyke. Con su actitud en Twitter nos da a entender a todos que ella puede insultar a quien quiera, calumniar a quien quiera y siempre va a mantener su puesto en este medio porque es la predilecta, la iconoclasta, el perro que muerde, la encargada de decir las verdades que nadie se atreve a decir porque a todos nos falta lo que a ella le sobra. La buena noticia es que a medida que pasa el tiempo más personas van descubriendo el juego infame de Virginia Mayer.
Julio Sánchez Cristo y Andrés Hoyos no son precisamente cultos o buenos escritores pero tienen mucha influencia en este país de ignorantes y de gente que toma por cierto lo que se dice en los medios y en la “revistas culturales” tipo El Malpensante. El sueño es que no aparezcan más "figuras públicas" a decir que Virginia Mayer es una gran periodista. La gota que rebosaría la copa sería que apareciera postulada a un Premio Simón Bolivar por una de sus maravillosas historias y se lo ganara. ¡Así es Colombia!
Virginia se siente cada día más fuerte y a medida que pasa el tiempo le hace más daño a las personas que caen en sus manos con engaños. Ella busca personas vulnerables siempre: un viudo joven, un escritor olvidado, una actriz vieja y fea, un homosexual menor de edad, dos amigas que dejaron de serlo y sellaron su amistad con tuits. Esa es la base de su última Historia:
Virginia Mayer contactó a la examiga más vulnerable, inocente, explosiva y a costa de su estado de ánimo armó una noticia digna de ser discutida en Laura en América, no en casi todos los medios de circulación nacional. Con este nuevo escándalo, que llegó a ser casi como el escándalo de Dania Londoño y los agentes de la DEA, aparecieron de nuevo Andrés Hoyos y Julio Sánchez Cristo a describir las cualidades innegables del estilo y la rigurosidad de su adorada Virginia.
¿¿Hasta qué punto un periodista tiene derecho a contactar no a sus informantes o a sus personajes sino a sus víctimas para exponerlos sin ningún tipo de consideración y sin previo aviso sobre la distorsión que se hará de la información que ellos le ofrecen con la idea de conseguir fama, dinero, prestigio o simplemente por lograr el sueño de aparecer en el noticiero del mediodía o en el periódico?
¿Por qué las personas contactadas por periodistas no se toman el trabajo de investigar sobre la trayectoria y el estilo de este periodista antes de dar información?
¿Esta es la Escuela de Nuevo Periodismo que está cultivando la revista SoHo?
Yo pude haber formado parte del Círculo de Víctimas de Virginia Mayer, pero como no concedo entrevistas de ningún tipo a nadie ni me muero por aparecer en ningún medio me salvé de la furia que debe producir el producto periodístico final en las personas que caen en las manos de esta supuesta nueva estrella de los medios colombianos.
¡Pobre país!
Cada día vamos de mal en peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario