sábado, 25 de julio de 2015

Escritura al alcance de los niños

Mucha gente me admira y desea hacérmelo saber de distintas maneras. Las maneras que más me seducen son las que tienen que ver con la escritura, con el poder que tengo para hacer que mucha gente lea aunque no quiera, que a todos les quede claro el mensaje, que para comprenderlo no precisen de formación académica ni de experiencias de vida porque la claridad de las ideas refleja la claridad del pensamiento y yo lo tengo todo bastante claro.
Con la primera admiradora de esta semana me quejé de que mucha gente busca mi amistad para presumir, para decir con orgullo: ¡Yo soy amigo(a) de Elsy! Y ella me preguntó si no es maravilloso. Yo le dije sí, claro, lo es, pero que de todas maneras me hacen sentir a veces como una muñeca y como soy la persona más dulce que se puedan llegar a imaginar en el trato cara a cara, el conocimiento de la persona que escribe, tanta calidad humana, hace que me adoren todavía más, que me admiren todavía más y que me quieran comer a besos. ¡Sí! Es emocionante, pero también puede llegar a ser agotador.
Con la segunda admiradora hablamos de escritura, de cómo puedo expresar ideas profundas que en algunas ocasiones pueden llegar a ser hirientes -por la contundencia de las frases- sin hacer mal uso del español y sin recurrir a palabras difíciles de entender; de cómo cualquier persona, letrada o no, puede llegar al texto y comprender lo leído sin mucho esfuerzo, de la forma más natural. Leen para llegar hasta el final y esperan el próximo post con ansiedad.
Hablamos de los lectores de este blog, de los que ella conoce y de los que yo conozco, de las reacciones que desencadenan algunas entradas, de cómo en algunas ocasiones, para algunos grandes intelectuales, es imposible expresar ideas de forma clara con palabras simples y de cómo es posible hacer que la gente empiece a leer, continúe y tenga paciencia para llegar hasta el final porque sabe que vale la pena. Eso es todo un logro.
Le dije que me emociona saber que llegan a este blog diferentes tipos de lectores: el que me admira y el que me desprecia, el que me ama y el que me odia, el que quisiera encontrarme para saludarme y el que quisiera encontrarme para matarme y le dije también que hay un grupo de lectores que son para mí el más grande motivo de orgullo. Se trata de los niños de educación básica, los lectores que se están iniciando conmigo, niños de ocho, nueve o diez años que leen cada uno de los textos que voy publicando y se entusiasman, se ríen o se enfurecen con las entradas. Le dije también que algunas personas adquirieron la costumbre de leer en voz alta para un grupo y que eso también es muy emocionante para alguien como yo.
Recuerden que me conformo con poco.

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